....cuando el Príncipe viene a consolarte

No hay lugar como el hogar: la Fórmula 1 en Mónaco, para los pilotos significa correr hasta 290 kilómetros por hora a través de las estrechas calles del Principado, 50 cambios de marcha por vuelta, mientras los aficionados los animan desde yates y piscinas. A pesar de un accidente en la clasificación, se esperaba que Charles Leclerc, nacido en Mónaco, saliera desde la pole en su Ferrari para la carrera de casa, donde nunca había visto la bandera a cuadros en toda su carrera de Fórmula 2 y Fórmula 1.

Pero en lugar de eso, todo se desvaneció en un final dramático antes de que la carrera hubiera comenzado. Al parecer, el coche de Leclerc quedó más dañado de lo que la Scuderia esperaba. Ya en la primera vuelta hubo problemas con el eje de transmisión izquierdo, y poco después la escudería anunció que Leclerc no empezaría la carrera. El poste quedó vacío, el Príncipe Alberto II tuvo que consolarse. 

Al final, Max Verstappen fue el ganador con su RedBull.

Enhorabuena.